La cena de Pascua en los tiempos de Jesús

Cordero asado, pan sin levadura, hierbas amargas y pasta de frutas con miel… Así era la cena de Pascua en los tiempos de Jesús. Te platicamos más acerca de estos platillos. 

Todos hemos visto alguna vez alguna representación de la última cena. Es importante tener en cuenta que las representaciones artísticas de este evento son interpretaciones creativas y no necesariamente reflejan con precisión lo que sucedió en la cena real. Aunque en la Biblia no mencionan lo que comieron en la Última Cena, los historiadores han podido inferir algunos de los platillos regionales que se comieron ese día.

 
 

Lo fundamental para la cena de Pascua era el cordero asado. A este cordero se le llamaba "Pesaj" en hebreo. La preparación implica asar el cordero con hierbas aromáticas como el tomillo, laurel y romero, sal, pimienta y eventualmente bañado con vino blanco.

 
 

El cordero pascual se servía junto con pan sin levadura. El pan sin levadura que se consumió en la Última Cena se llama "pan ázimo" o "pan sin levadura", en hebreo "matzá". También se pudo haber servido una sopa con albóndigas de matzá. Es una curativa y nutritiva comida reconfortante que es amada en las reuniones familiares de Pascua. Esta receta convierte las bolas de matzá en esponjosas y ligeras albóndigas en una sopa con otros vegetales como apio, zanahorias, espinacas y eneldo.

 
 

Las hierbas amargas, conocidas en hebreo como "maror", se sirvieron en la cena de la y son el único ingrediente que se menciona en los evangelios como parte de la Última Cena. Algunas de estas hierbas eran berros, semillas de hinojo y raíz de rábano picante.

 
 

Finalmente, es posible que también se hayan servido postres como la Haroset. La Haroset es una mezcla dulce y aromática que se prepara mezclando diferentes tipos de frutas secas, nueces, miel, especias y vino tinto dulce. La receta puede variar según la tradición regional y personal, pero por lo general incluye ingredientes como dátiles, higos secos, manzanas, pasas de uva, nueces, canela y vino dulce.

 
 
Carlos Millan